UNO NO QUIERE SOLTAR NI UNA MIGA DE PAN, MUCHO MENOS VA A QUERER SOLTAR EL PROPIO CUERPO.

   
 
 

 

 Extracto de conferencia dada por Silo en Canarias 1976. Día 19

" UNO NO QUIERE SOLTAR NI UNA MIGA DE PAN, MUCHO MENOS VA A QUERER SOLTAR EL PROPIO CUERPO."

La experiencia de la muerte en los demás, es evidentemente shockeante.

Y como por razones estadísticas se va viendo que se van muriendo unos y otros y otros y no va quedando nadie, tarde o temprano será que uno tendrá que entrar en esa estadística.

La inevitabilidad de la muerte crea problema.

De manera que nos preocupa bastante el tema de la muerte y tratamos de saber bien de qué se trata, pero hasta cierto punto. Lo demás lo hace la imaginación por nosotros.

El temor a la muerte, el registro físico de temor a la muerte es producto exclusivo de la imaginación. Es una elaboración absolutamente ilusoria de lo que allí ocurre.

No puede haber liberación de tal registro de la muerte si no se capta,

si no se comprende, y de algún modo, no se trabaja, esta ilusión que existe con respecto a la muerte.

Es decir, la gente registra esta ilusión, hace su elaboración, tiene su registro corporal; de ninguna manera la gente considera al hecho de la muerte como ilusorio.

La gente, desde luego, cree en la muerte, pero no cree sólo en el sentido físico de la muerte sino que cree en la muerte con los registros que aparentemente acompañan al muerto; y eso es ilusorio.

De tal manera que nosotros, puestos en esa situación o puestos a pensar en tales cosas, deberíamos comprender bastante bien el hecho ilusorio de la muerte, en cuanto a registros que se creen tener de tal fenómeno cuando tal cosa acontece.

La imaginación sobre la muerte, este imaginar la propia muerte como registro de actividades, este imaginar la muerte como algo positivo, no como algo inexistente, es fuente de innumerables sufrimientos, y es un fenómeno que va pesando cada vez más a medida que el sujeto ve procesando en edad; a medida que el sujeto va envejeciendo, este registro ilusorio de la muerte se convierte cada vez más en una fuente inagotable de sufrimiento.

La gente muy joven no tiene mayor problema con esto, cree que va a durar mucho tiempo.

La gente que empieza a dudar acerca de su duración, empieza a crearse serios problemas.

Se darán cuenta que tal fuente de sufrimiento es también un factor de inhibición muy serio.

Nadie piensa que cuando se muere, por ejemplo, se relaja magníficamente y suelta todo tipo de tensión.

Al contrario, uno se imagina contraído -es cierto que existen fenómenos conocidos como "rigor mortis", es decir que los cuerpos se endurecen-, pero bueno, en el hecho de la muerte no se imaginan como soltándose y luego endureciéndose sino más bien como tensando.

Esto de tensar, este registro de la propia tensión. Esto de no querer soltar, esto se parece mucho al registro de la posesión en general.

Uno no quiere soltar ni una miga de pan, mucho menos va a querer soltar el propio cuerpo.

Y claro ¿cómo se lo imagina uno esto? como una lucha con la muerte, como un sistema de tensiones en juego.

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