Charla de Silo con Mensajeros. Buenos Aires 15 febrero 2004

 

https://youtu.be/NreO2Y_yTvo


Trascripción charla de Silo con Mensajeros.

Entonces, vamos a empezar con una ceremonia, después vamos a hacer unos comentarios, vamos a intercambiar y nos vamos a ir rapidito. No tiene por qué ser larga la reunión, no tiene por qué ser corta tampoco, no tiene por qué ser nada, pero bueno… hagamos la ceremonia. ¿Quiénes van a hacer el oficio?, dos personas… (ceremonia)

Sobre el Mensaje

Ustedes saben, más o menos, ustedes saben que este asunto del Mensaje se fue lanzando con suavidad, así…, sin darle mayor importancia al asunto, hace algo de un año. Ahí empezó a explicarse lo del Mensaje, a lanzarse lo del Mensaje, con un librito. Un librito en donde estaban las experiencias, el libro La Mirada Interna adentro, cuestiones referidas al Mensaje precisamente. Está bien. La gente lo tomó en sus manos, no se organizó de ningún modo, se dejó que corriera. ¿Y para qué más? ¿Para qué más? La gente que le gusta lo toma, lo hace funcionar, y no se necesita mucho más. Simplemente deberíamos ponernos de acuerdo, simplemente, para determinar quiénes pueden participar del Mensaje.

¿Participar del Mensaje? Quienes quieran. ¿De dónde debe venir la gente? De donde la gente quiera. ¿Usted es político y le interesa el Mensaje? Venga. ¿Usted es religioso y le interesa el Mensaje? Venga. ¿Usted es ateo y le interesa el Mensaje? Venga. ¿Qué tenemos nosotros que determinar lo que está bien o no está bien para la gente en suma? ¿Qué tenemos nosotros que…? Es la gente la que resuelve. ¿Qué puede importarnos a nosotros que políticamente sea de izquierda, sea de derecha, sea de centro, sea de no se qué? Eso no nos importa a nosotros. La gente verá. Y si le viene bien, ¿qué podemos hacer nosotros para decirle “¡No! ¡A usted no! ¿A quién le podemos decir que no?

En materia religiosa y demás… es la misma historia. “Yo soy musulmán”. “Yo soy cristiano.” “Yo soy judío”. “Yo soy hinduista”… ¿eh?… Todo bien. “¡No! Sólo las religiones que tienen un libro gordito pueden participar”. ¿Y quién le ha dicho a usted eso? ¿Y las que no tienen un libro gordito pueden o no pueden? Pueden. ¿Y los que no tienen ningún libro porque son ateos o agnósticos? Pueden. Así es que ahí no creo que tengamos mayores dificultades entre nosotros.

No sólo eso, no sólo eso sino que –como dijimos hace un año–, también podemos realizar nuestras experiencias, nuestras ceremonias, yendo a lugares adonde nos inviten porque quieren trabajar con eso, quieren tomar en sus manos el Mensaje. ¿Y esos lugares cuáles pueden ser? Cualquiera. “¡Ah! ¿pero entonces puedo ir a una iglesia? Porque me invitaron…” Por supuesto. “¿Puedo ir al comité central del partido X?” ¡Claro! Parece que costara…, una cosa que es tan simple, ¿no es cierto? Ir a los lugares. ¡Nosotros no les tenemos miedo a los lugares! ¿Qué nos puede pasar por ir a un lugar? ¡Un lugar..! ¿Les interesa a los del lugar que nosotros vayamos? Vamos. Podemos ir a lugares muy humildes. No hay problema. Podemos ir a lugares muy buchones. No hay problema. No es ese el tema, de los lugares y de los recursos. No es tampoco el problema de dónde viene la gente.

El problema para nosotros siempre es hacia dónde va la gente. Entonces más vale que nos preocupemos por ponernos en claro con la gente en el sentido de que hacia dónde vamos, no de dónde venimos. “¿Usted de dónde viene?… ¡Firme la ficha!… ¿Grupo sanguíneo…?” ¿Adónde vamos? Y si es que podemos ponernos de acuerdo con un conjunto de gente que ha tomado esto en sus manos para ir en una dirección parecida. Una dirección parecida, que no puede estar reglamentada, que no puede estar determinada. Por ejemplo: ¿cómo reconocemos nosotros a una comunidad, una comunidad del Mensaje? La reconocemos porque hay un objetivo humano, no muy grande, un objetivo humano para formar esa comunidad. Decimos: Mire: trabaje con alrededor de 10 personas. Esa es una comunidad que nosotros reconocemos. ¿Y si son más? Y si son más todo bien. “¿Y si…?” Y empiezan todas las disquisiciones. “¿Y si se van 3 y quedan 7?” ¡Bueno…! No es ese el tema. El tema es que en las comunidades, respecto al Mensaje, en las comunidades se habla del Mensaje. Está bien, se puede hablar de otras cosas, pero básicamente se habla del Mensaje, se hacen cosas con respecto al Mensaje. Un número de 10 personas es un buen número. Puede tener cierta continuidad y demás. “¿Qué personas? ¿Gordos o flacos? ¿Altos o…?” ¡Ya empezamos! No se qué personas, pero un conjunto de personas que se reúnen para hacer esos trabajos, con un número mínimo, reconocemos la existencia de esa comunidad.

¿Y qué sucede en un lugar donde hay varias comunidades? “¿Quién es el jefe?” ¡Siempre con los líos! Cada comunidad se autogobierna, funciona como le gusta. Ese es el tema. Esa es una comunidad. “¡Ah, no! Pero tiene un estilo muy distinto a otra comunidad!” ¡Perfecto! ¿Quién le ha dicho que tienen que ser iguales? No se trata de eso. Tienen el estilo que la gente les da. “¿Por qué?” ¡Porque le gusta así! “¿Se reúnen en círculo, se reúnen en butacas…?” ¡Qué se yo cómo se reúnen! La gente lo arma como le gusta. Y nosotros reconocemos la existencia de esas comunidades. Y entonces aparecen tipos muy extraños que arman las comunidades… No están haciendo sus cosas, se meten con otros… No los reconocemos. Fácil, así funciona. Muy fácil. Vamos reconociendo todas las comunidades. Y alguna rareza que aparezca… no nos hacemos responsables de las rarezas que haga esa comunidad. ¿Por qué nos van a arrastrar o van a arrastrar a otros a esa cosa? Tampoco los podemos tirar por la ventana, y decir… ¡no! Simplemente, a esa comunidad no la reconocemos. Está fácil. Nos protegemos. Todo lo demás, lo reconocemos.

Ojalá sean números que puedan rondar por las 10 personas. De ahí pueden… porque si no ¿cómo se entera la gente de cómo puede montar comunidades? Llega a una comunidad, hace sus trabajos, se va enterando, y de ahí se va de esa comunidad y forma otra comunidad. ¿Y cómo la va a formar? Como le guste, pero ya se enteró de cómo es el funcionamiento.

Y en un lugar puede haber numerosas comunidades que si quieren hacer algo en común, no queda otro remedio que coordinarse entre ellos. Supongamos: 10 comunidades, 20 comunidades, 100 comunidades de una provincia, o de un distrito –o como se le llame a esa división administrativa– quieren hacer un acto, no queda otro remedio que representantes de cada una de las comunidades se reúnan a discutir, como hace la gente civilizada, se reúne a discutir cómo podría ser eso. Elegirán un lugar, fijarán la hora, fijarán el día, y eso se moverá muy bien. Y no se necesita ni secretario de actas, ni presidentes, ni asambleas de… ¡nada!, pero se pone la gente de acuerdo para esa cosa ocasional. Como ya se hizo el acto, cada cual sigue con sus cosas. ¿Para qué habría de permanecer una estructura, una cosa, si ya cumplió con su función? ¿Entonces esto nunca va a ser una organización? ¡Efectivamente! Nunca va a ser una organización. Los que estamos formados en organizaciones… nos hace una cosa en la cabeza. Piénsenlo…, qué interesante y qué libre es esto de…, la gente haciendo las cosas porque las siente. Eso tiene fuerza humana, eso tiene una gran fuerza humana. No depende de organizaciones. Los objetivos no son de organizar cosas. Así se mueve esto. Entonces es claro que para la gente un poco exagerada en su visión organizativa es un poco decepcionante esta cosa tan gaseosa, pero ¡bastantes límites tenemos! Mas o menos 10, reconocemos a esas comunidades, no reconocemos las rarezas… ¡es mucho ya! ¡Mucho reglamento! ¡Demasiado! ¡Suficiente! Nos ponemos de acuerdo entre varias comunidades si queremos hacer algo en conjunto… Y tratamos de –para que las comunidades tengan arraigo, entidad y demás– ese conjunto de 10 personas, en lo posible, actúa en un lugar. No está continuamente moviéndose porque desorienta a la gente que quiere participar.

Si esa comunidad se busca un garaje, un kiosco, un lugar donde hacer sus encuentros semanales, está todo bien. No se necesita nada especial como lugar, pero sí se necesita un lugar donde hacerlo. Porque les digo, si nos movemos de un lado a otro, hoy acá, mañana en otro lado y demás, bueno está bien, pero va a ser complicado que eso tome cuerpo y se vaya desarrollando y pueda hacer participar a mucha gente. De este otro modo le facilitamos las cosas a la gente. Le facilitamos las cosas a la gente porque la gente sabe que en ese lugar se reúnen los días sábados a tal hora, y ahí pueden intercambiar, pueden hacer experiencias, etc. Un lugar.

“¿Quién dirige a esa comunidad?” Nadie dirige a esa comunidad, porque todos los que participan de esa comunidad lo han hecho con mucho gusto y con fuerza interna, entonces la gente se pone de acuerdo en cómo… “¿Quién va a pagar el alquiler?” ¡Qué se yo! Ya verá la gente cómo se arregla… así funciona. “¿Y si no se puede?” Y si no se puede, no se puede. Y ya está y todo va de lo más bien.

No parece que hubiéramos tenido que organizar muchas cosas para reunirnos… Es cierto que somos poquitos, está bien. Si fuéramos miles que nos íbamos a reunir, hubiera sido más problemático. O no, o no. Tal vez hubiéramos llegado a esos miles sin tanto mecanismo. Es un poquito extraño, pero es posible. Todo bien.

Y nosotros vamos a tender a formar esas comunidades con un punto de apoyo, un lugar. Ahí invitamos a la gente, ahí hacemos nuestras reuniones, etc. Y así seguramente pasará con el Mensaje en muchas partes del mundo, en muchas partes. Que tendrá un estilo distinto, los estilos de los lugares son distintos… ¡perfecto! Pero en términos generales serán comunidades chicas y demás, que se reunirán una vez por semana; mensualmente también la gente más estudiosa, más puesta en tema se reunirá para revisar cosas. Habrá distintos tipos de trabajo y es bueno que esté ese punto. Los puntos fijos.

Pero además, las comunidades se van a empezar a desarrollar fuertemente. Habrá lugares que no son esos lugares adonde se reúnen esos 10, sino otros lugares que no van a estar en las ciudades. Está muy bien eso de los lugares. ¿Dónde lo vamos a hacer? Donde está la gente: en el barrio, en la ciudad, en el centro de la ciudad o en la periferia. Sí, sí, pero hay lugares en diferentes partes del mundo, adonde irá la gente de toda una zona, en lo que nosotros llamamos nuestras celebraciones.

Entonces habrá no esa salita que es donde nos reunimos en cada lugar. Será una sala más grande. Será una sala más grande que a lo mejor está afuera de la ciudad de siempre, que está en las vías de comunicaciones de las ciudades, que se construye o se levanta afuera, que se llega a veces caminando, a veces en buses, a veces en autos. Lugares adonde podamos llegar en números grandes a hacer nuestras ceremonias y nuestras celebraciones, cada tanto tiempo. ¿Qué menos, que en esos lugares, que reunirnos con gusto una vez al año? Claro, llegar a ese lugar desde un área grande, desde una zona grande, una vez al año, va a ser muy interesante y va a ser muy ejemplificador para otros. Va a ser un buen ejemplo para otros el hecho de que mucha gente se reúna, una vez al año, porque hace su celebración, y hace sus ceremonias, sus conferencias, sus cosas, en ese punto que está preparado para que la gente llegue. Está bien, no va a caber la gente en esos lugares, pero es una buena referencia.

A nosotros nos parece que debería haber un punto de esos en América del Norte, otro punto en América del Sur, nos parece que debería haber un punto en Europa, otro en el Asia y otro en Medio Oriente. El África en sus convulsiones y sus cosas…, también llegará el momento, pero nos dedicaremos a formar comunidades en África y dele con las comunidades, con las salitas y no las grandes salas adonde nos disparen. No todavía. Y va a ser muy interesante eso de en cada lugar la gente elegirá en qué lugar de esa gran zona tendrá que levantarse una gran sala adonde se invite y puedan converger muchas personas a hacer sus celebraciones. La gente decidirá. “¿Y qué pasa con los de América Central?” ¡Qué se yo qué pasa! No es ese el problema. Quiero decir… además no tenemos una energía infinita. ¡Ojalá pudiéramos montar grandes salas en distintas partes del mundo!, pero no es el caso. Empecemos por lo chiquito. Y bueno… armaremos esas salas en distintos puntos. La gente de esas zonas elegirá el lugar y dentro de ese lugar empezará a montarse. Esos lugares de reflexión, esos lugares de reunión, esos lugares de movimiento de la gente hacia ese punto una vez cada tanto. La gente de ese lugar elegirá la fecha, pero muy bueno elegir como mínimo una fecha anual para hacer una cosa grande e importante. Lo elegirá a su modo y demás porque son distintas las temperaturas, son distintas las fechas, en un lugar tienen vacaciones de no se qué, en otros lugares tienen unos inviernos horribles en esa fecha, en otros lugares están en pleno verano… Entonces la gente de esas grandes zonas elegirá el lugar donde se empezará a montar ese foco de irradiación… que llegará lejos.

Lo haremos en los lugares más bien fáciles, donde ya hay tendencias en las poblaciones a acercarse a esos lugares. No los pondremos en los lugares de máximas resistencias. Supongan ustedes que hay en Europa muchos lugares, hay muy lindos lugares donde podría montarse eso, pero no busquemos puntos donde haya resistencia, busquemos la tendencia de la gente de toda Europa que pueda llegar fácil a ciertos lugares. No sé, porque el turismo está organizado así, porque les resulta fácil a todos, porque no le hacen un lío de pasaportes a los otros europeos que se acercan; donde todo va fácil. Y lo pondremos entonces en un lugar dentro de un país, adonde la gente de ese país también vaya con facilidad. Que sea más atractivo, que esté todo armado en esas vías de comunicación, en esa dirección. Entonces es claro, lo pondremos en el caso de Europa en Italia. Todo va, todo va fácil, todo va. Todos los europeos van a Italia y nadie les hace resistencia y todo perfecto. Miren si hay lugares lindos. También está Alemania, Inglaterra, Francia… Hay muchos lugares, pero hay lugares especialmente fáciles.

En el Asia hay lugares hermosos, y muy interesantes, y muy conectivos; pero está difícil montar por ahora ese centro en China, que es muy interesante, pero hace resistencia por ahora. Japón hace resistencia y es un lugar hermoso también. Pero India está armada para que la gente vaya a India, en el Asia. ¿Captan la idea? Facilitarles las cosas. No de poner una imagen ¡humm!, sino de poner todo fácil para la gente.

En Medio Oriente es posible que lo pongamos en Egipto. Podría ser Israel, sí… Podría ser Palestina… También podría ser Siria… pero hay un lío. Es cierto que también tiene sus problemas Egipto, pero… el turismo está organizado para Egipto. Está fácil. Van a ver las pirámides, se sacan una foto, agarran un camello y van a… Todo bien. Y no parece que -en principio y por ahora- hubiera mucho lío con que se montaran esas salas adonde concurre gente de Medio Oriente, de distintos lugares y demás. En fin, esa es un poco la cosa.

Y en América del Sur estamos montando una cosita –que bueno, en algún lado hay que montarla-, ya hace rato que estamos desembarazándonos de la burocracia que impide hacer las cosas bien y rápido. Queremos poner ahí una cosa, pero ¿adónde la vamos a poner? En un lugar de vías de comunicación, donde la gente pueda pasar rápido por ahí y bajarse y hacer las cosas, en medio de la montaña. Bueno, es un poco insólito pero es pintoresco también y tiene su atractivo por lo raro. Está bien, claro que sí. Así que montaremos ahí una cosita y haremos una convergencia una vez al año de mucha, mucha gente. Y creo yo, que muchos otros aprenderán de ese ejemplo y servirá. Entonces no hay que andar con demostraciones, que si somos 4, si somos 100, si somos 100.000. No, no, no, es interesante que se vea en un momento dado cómo se mueven esas cosas. Esas demostraciones son muy lindas y son muy reconfortantes para los que van, porque esto es muy fragmentado, muy gaseoso. Una comunidad acá, una allá, todo separado, no se ve. ¿Cuántos somos? ¿10, 100, miles? Mira, hagamos una pequeña peregrinación al lugar y se acaba el problema. O empiezan los problemas, como se quiera. Como se quiera, pero es algo muy interesante. Y las comunidades con sus salitas, sus cositas, no son perturbadas por esto, no son afectadas por esto. “Bueno, ¿pero y si la gente no quiere ir a esa cosa?” ¡Pues, que no va! ¿Qué problema? Que lo decida.

Así que este asunto del espacio, de los espacios donde se reúnen las comunidades, en esas salitas, en esas…, es interesante. Que haya puntos de apoyo. Salitas. Y que haya además unas salas no en las ciudades, no para una comunidad sino para todas las comunidades de esa gran zona, adonde se pueda llegar y hacer las cosas. Eso en cuanto al espacio. Y no un punto. El mundo se ha hecho más…, nada de un punto…, varios puntos.

Es fácil la idea. Y piensan, “y, pero no es tan fácil armarlo”. Es fácil…, no es tan difícil armarlo. Eso va.

“¿Y si queremos montar esas salas aparte de esos puntos, en otros puntos? Porque…, porque somos muy animosos, porque nos las podemos, porque…” ¡Enhorabuena! Nadie va a decir que no. Todo lo contrario. Lo que abunda no daña. Todo estará muy bien. “¿Y cómo se hará?” Ah, ah, ah… Usted me está hablando de eso, elija el estilo. Ármelo como le guste. ¿Qué me pregunta? “Pero, ¿pondremos ventana o sin ventana?” No sé. Ya habrá quienes saben diseñar cosas, quienes saben armar también esas cosas. Esto va, esto va.

Puede ser que en este año del 2004, ¡sí!, ya estén funcionando algunos de esos centritos con esas salitas, sin duda, pero estos más gorditos puede ser, que estén funcionando algunos de ellos. Puede ser. Va a ser una cosa muy divertida. En cuanto al espacio, en cuanto al espacio…, salitas en todos lados, en las ciudades y además, salotas, o sea, salas grandes, fuera de las ciudades y en pocos lados.

Eso en cuanto al espacio y no hay más planteos que esos. Dirán “bueno, pero podemos hacer actos en lugares que no tienen que ver con asentamientos nuestros. Desde luego, si hasta hace poco estuvimos hablando de que adonde nos inviten vamos, porque hay mucha gente que está reunida en no sé qué iglesia y entonces nos invitan para que hagamos la cosa, ¡perfecto! Todo bien. ¿Qué problema? Pero en lo que a nosotros toca, con los puntos del armado de las comunidades, esos puntos más o menos fijos, y ese punto de un área de gente, eso es más que suficiente para que nosotros nos podamos desarrollar y poner en marcha y dar a conocer cosas. No importará que los medios digan, o no digan, o desdigan, o publiquen. Oye, ponles 100.000 personas en ese…, y les creas un problema a los medios. No pueden impedir que, haciendo ocultamiento de noticias, no pueden impedir que la gente se entere, porque la misma gente se mueve, se multiplica, el mensaje corre. Es muy interesante. Cumple con una función muy importante. Para los ojos de algún medio, vistas las cosas de ese modo fragmentado, “¡ah!, son cuatro que tienen un localcito en un garaje”. Esa será la definición…, pero en el otro caso la cosa se les complica.

Así que estas cosas no son nuevas, se han hecho siempre, se han mostrado al mundo… Y sí, nos parece bien mostrarnos al mundo, ¿por qué no? ¿Qué ocultamiento vamos a hacer? Ninguno. Entonces que no hagan…

Han hecho en algunas épocas, no viene mucho al caso describir detalles, han hecho un gran esfuerzo por ocultarnos. Ellos, no nosotros. No somos nosotros los que nos hemos ocultado. Son ellos los que nos han ocultado, para luego decir que nosotros nos ocultamos. ¡Es muy buena! Muy buena, pero no ha funcionado. Desafortunadamente estas cosas no funcionan. Es ese infantilismo de esos entusiastas, del ocultamiento, no… ¡Eso no funciona! Nunca ha funcionado en la historia, y no va a funcionar ahora. Así que estamos bien con este asunto del espacio.

Y con este asunto del tiempo, decimos que nuestras reuniones son semanales, decimos que mensualmente hacemos alguna…, alguna cosita, estas cosas estrictas del Mensaje… ¿Qué pasa diariamente, cuando diariamente uno hace esta cosa, cuando semanalmente uno concurre a una reunión, cuando mensualmente uno… Entonces estamos bien, cuando pasa eso. Eso en lo que respecta al tiempo. Así como decimos que una cosa espacialmente fija da referencias a otros, una cosa temporalmente fija, o más o menos fija, también da referencia. Porque una vez por semana nos reunimos en las distintas comunidades, porque mensualmente hacemos otro tipo de reunión más especializada, porque diariamente ponemos la cabeza de un modo muy decente y muy interesante… Eso tiene que ver con el tiempo, con cómo ponemos en el tiempo nuestras actividades. Un poquito de tiempo, un poquito de espacio, un mensajito por aquí, una cosita por allá y todo va. Sin ningún problema y sin ninguna complicación. Tiempo, espacio, mensaje y ya está.

Así que ¿a quién ofendemos? A nadie. Y si nos invitan, vamos. Y como decía el Buda, “si te hacen un regalo puedes aceptarlo o puedes devolverlo”. Y si te ofenden, puedes aceptarlo o puedes devolverlo. Tú puedes reintegrar la ofensa. O sea: esa ofensa te la devuelvo, está muy bien. Pero ese devolver no quiere decir que con violencia vamos a devolver la ofensa, sino que simplemente esa ofensa es inconsistente. Guárdala para ti, es muy interesante, es un regalo que no acepto, a tí te va a venir muy bien, porque yo creo que tú me has hecho ese regalo con muy buena intención, pero desafortunadamente no la vamos a poder usar… Así que más bien estamos diciendo que no estamos discutiendo. Estamos diciendo que con la mejor forma y la mejor amabilidad estamos devolviendo esos regalos sin discutir ese tema. Discutir ese tema sería interesante para otros porque desviaría del punto en el que estamos, y no estamos en eso, en discutir esas cosas. Estamos en aceptar esos regalos o devolverlos. Y ya está, y todo bien, y agradecemos. Y agradecemos y nos parece fantástico lo que él dice, sólo que no nos sirve. ¿Para qué podría servirnos eso? “Para que reflexionen”, va a decir. Gracias, gracias, le vamos a decir. Gracias, vamos a usarlo en nuestras reuniones. Nos han pedido que reflexionemos, vamos a reflexionar. “Pero dicen que esto y que lo otro”… ¡no lo aceptamos! Es una relación con el medio muy linda, muy suave, muy amable. Invitando siempre gente. Siempre los invitamos. ¿Y si nos hacen esos regalos?, se los devolvemos… y además, los invitamos. Y ojalá nos lleve a su casa para que hagamos una reunión. ¡Claro, claro!

Estamos tratando de entender que se trata, en todos los casos, de un fenómeno centrífugo, no centrípeto, de microclimas, de entornos, de cosas cerradas… Estamos tratando de entender que se trata de cosas muy abiertas, como es muy abierta la participación que propiciamos en las distintas actividades que tiene una sociedad, en sus distintas formas laborales, en sus distintas formas políticas… La gente verá, pero la tendencia nuestra es a participar, a influir, y no tenemos qué recomendar en ese sentido. Si nos movemos con el Mensaje, con el espíritu del Mensaje y con la idea del Mensaje y usted participa políticamente, con seguridad que lo va a hacer dentro de esa tendencia. ¡No lo va a hacer con otra tendencia! Lo va a hacer dentro de ese espíritu. Y eso es estupendo. ¿Y qué más tenemos nosotros que…? Si a usted le gusta participar de esa cosa, ¡magnífico! Entonces el Mensaje va a influir en ese medio. Y va a influir en el medio laboral y va a influir en el medio de relación. Y participar es interesante, desde ese punto de vista, porque es expandir la idea, el comportamiento, el modo de vida y además va a servir a terceros, porque no están bien las cosas. Está teniendo mucho problema, la gente, las instituciones… Y bueno, está bien, nosotros no tenemos la culpa, pero si podemos hacer algo por ellos, todo bien. Claro que es bueno pretender hacer algo por el otro. Pretender hacer algo bueno para que los gobiernos sean mejores, pretender hacer algo bueno por los gobiernos, por la gente que tiene control de las cosas, para que no tenga tanto control, para que hagan mejor las cosas y sean mejores personas… Como dicen por ahí: “para que sean mejores ciudadanos”, “mejores hijos, mejores padres”, ¡qué maravilla!, pero bien hecho.

Así que la tendencia es fácil, no es complicada, y la tendencia a la participación, hacia la gente, es bueno. Y ya sabemos y no vamos a ponernos a desarrollar estas ideas en torno a los actos unitivos y en torno a que las cosas no quedan en uno porque las cosas que quedan en uno intoxican, y las cosas que llegan al otro tienen resultado en sí mismo y valor en sí mismo. ¡Que vamos a desarrollar estas cosas que conocemos y conocemos bien!

¿Qué materiales vamos a usar? Hemos hablado del tiempo, del espacio y de la actitud del Mensaje. ¿Qué materiales vamos a usar? Yo creo que con esto estamos sobrados. ¿Qué más cosas…? No. No, no están los tiempos para tanto escrito, tanto lío. No están los tiempos para tantas explicaciones. Poca explicación, poco escrito, más interioridad en estas cosas. ¿Qué necesitamos? “Unos conferencistas que…” No necesitamos eso. “Y, pero hay que explicarle a la gente…” ¿Explicarle qué? Si la gente sabe muchas cosas. Creamos un ambiente, un ámbito donde la gente participa y le viene fenómeno, le viene muy bien. ¿Y qué más se necesita? “Grandes explicaciones.” No grandes explicaciones, es un enredo. Cuanto menos explicación mejor, si es que con esa pequeña explicación se logra ese resultado. Elegir entre una gran explicación y una pequeña explicación, siendo que la pequeña explicación pone a la gente en contacto con lo más interesante, esa es la idea. Esa es la idea. ¡Estamos rebien! Muchos, que tienen espíritu investigativo, también apelan a otros materiales, a otros libros y esas… Bueno, muy bien, muy bien, muy bien. Pero esta cosita es bastante completa. Seguro que la gente va a apelar a otras cosas. Bueno, está bien, pero esta cosita está bien.

Tiempo, espacio, mensaje y dirección del Mensaje. Y si es un mensaje se supone que va hacia otros, que va hacia fuera. Porque esto de que un mensaje vaya hacia uno mismo, es un poco… un poco especial. Ahí se equivoca alguno. Por ejemplo, puede haber también que venga alguno que diga: “a mí con el Mensaje me basta y no mas…” Perfecto. No decimos nada, pero ahora estamos explicando no lo que le va a pasar a usted o cómo lo va a plantear usted. Plantéelo como le guste, nada le decimos. Ahora estamos hablando del Mensaje en general, no en su caso. De la dirección del Mensaje hacia dónde va, de la participación en los medios sociales, no de usted. Del Mensaje que tiende a esa dirección. Y usted, “no, a mí la gente no me gusta”. Perfecto, usted verá, porque no le estamos hablando de su caso. Pero sí es justo que conversemos de los aspectos generales del Mensaje, porque si es por eso con esa comunidad basta; usted está en esa comunidad y ya está. ¿Entonces qué? ¿No podemos hablar de que puede haber muchas comunidades? ¿No podemos hablar de que eso se puede desarrollar en distintos países? ¿No podemos hablar de grandes salas donde la gente converja desde zonas enteras? ¡Claro que sí podemos! “Bueno, pero yo no lo voy a hacer a eso.” ¡No lo haga!, porque su cosa es simplemente personal y está muy bien. Claro, no lo voy a obligar a usted a que haga cosas, pero déjeme un mínimo de libertad para que yo explique en términos generales cómo vamos a hacer las cosas. ¿Quiénes? Los que quieren hacer esas cosas.

Y no hay mucho más, y no hay mucho más. Un cierto modo de movernos en el tiempo, un cierto modo de movernos en el espacio, una cierta dirección de nuestras actividades, y buenas tardes.

Vamos a comernos una galletitas…

Ceremonia de bienestar.

Materiales

En cuestión de materiales no es tanto lo que podemos recomendar. Ahí tenemos estos materiales y van a encontrar disperso aquí y allá una cuestión con el guía interno. Lo van a encontrar, por ejemplo, en la Mirada Interna. El manejo de ese recurso del guía interno, la puesta en marcha, la configuración de un guía interno no es cosa de un ratito. Es un trabajo que se hace de un modo más o menos permanente hasta que uno logra configurar esa figura tan útil, tan utilizable, de tanta potencia, tan concentradora. Así que yo recomendaría eso de atender a ese tema del guía interno, ver cómo se puede trabajar con eso para configurarlo, en conjunto, o solo, o como se quiera, pero tener en cuenta el tema del guía interno. Tener en cuenta el tema de lo que hemos llamado en algún momento los aforismos, que dan una cierta dirección a los actos, y que moviéndolos con fe y que moviéndolos con una cierta repetición van ganando en fortaleza como si se acumularan en una batería. Yo diría que prestar atención a este tema de la configuración del guía interno, a este tema, muy breve tema, de los aforismos y poner énfasis en esta cosa de la regla de oro, en eso que es muy fácil decirlo, en esto de “Trata a los demás como quieres que te traten”, enfatizar en este tipo de cosas que se convierten luego en un estilo en la vida de uno, ayudan a formar un estilo en una dirección, yo diría que esto es de las cosas más importantes. Son tres temitas que podemos ir fortaleciendo: el tema del guía, el tema de los aforismos y el tema de la regla de oro que tiene que ver con esto de cómo nos movemos hacia los demás y en relación a los demás.

Eso es lo que quería agregar respecto de materiales y no cosas más complicadas y fuera de esto. Le pondría atención a estos tres puntos. Porque los conocemos a esos puntos, pero eso no quiere decir que tengamos un manejo de estas cuestiones que son muy útiles. Son de gran utilidad. Ayudan mucho a uno y terminan ayudando a otros. Y no mucho más con el tema de los materiales.

Verán que se están produciendo muchas cosas por ahí. Y de hecho, de hecho, se producen músicas, se producen páginas web, se producen… hay nutridas correspondencias con opiniones, con sugerencias, hay poemas, hay cosas… Todo eso, cuanto más, mejor. Y lo que abunda no daña. Y a la gente le está saliendo y le está saliendo bien, y está armándose una corriente de creatividad, de producción de cosas, que es muy bienvenida. Absolutamente. Eso no está en estos materiales, pero eso vale, es parte de la construcción que estamos haciendo, las cosas que está poniendo en marcha la gente. Y con cosas muy inspiradas. Y lo van a ver en distintos lugares, en distintos países. Es al revés de comprimir y pautar. Es abrir las puertas a la creatividad de la gente. Cuanto más la gente ponga en marcha esos fenómenos de inspiración, mejor para todos. Y eso está empezando a moverse.

Sobre los materiales entonces, no mucho más. Sobre el tema de las relaciones con grupos, estructuras, amigos, no tan amigos, etc., bueno, lo que hemos dicho nos parece más o menos suficiente. Pero algunos han preguntado, señal de que no ha quedado claro, algunos que tienen que ver con el Movimiento, muchos de acá, la gran mayoría vienen, han tenido relación con el Movimiento. Entonces es bueno explicar, para ese conjunto, que nosotros pusimos una especie de campana para no crear perturbación en el medio. Entonces dijimos en su momento, cuando pusimos en marcha el Mensaje, que la gente del Movimiento no venga, que la gente haga sus cosas, nosotros ponemos una especie de cerco para no crear problemas. ¡Sí, pero ya ha pasado un año! Todo el mundo está enterado de qué pasa y demás. Podemos sacar toda limitación. Usted puede estar en el Mensaje y puede estar en un club de golf, puede estar en el Mensaje y puede estar en el Movimiento, puede estar en un partido y puede… ¡Lo único que falta! ¡Que la gente pueda estar en todos lados menos venir del Movimiento! ¡Eso sí que sería gracioso! Discriminatorio y raro. No, no, pero es bueno decirlo, porque cuando se lanzó el Mensaje se tuvo mucho la precaución de no crear perturbación. Hay gente que se desorienta, porque empiezan a funcionar en estas cosas gentes que también han sido actores en la actividad del Movimiento entonces no se sabe… Eso puede, en su momento podría haber llevado a desorientaciones y a confusiones. No llevó a ninguna confusión ni perturbación. Y claro, y respetamos eso de no…, poniéndole límites a este asunto. Ahora no hay límites para nada. Así que no tienen que dar cuenta de nada los que vengan acá. Los que vienen acá, así como vienen de cualquier lado sin dar explicaciones, vienen también del Movimiento y todo bien. Y no funciona con la conjunción disyuntiva “o esto, o lo otro”. Para nosotros eso del “o, o”, no… A nosotros nos interesan las conjunciones copulativas: y-y, y-y. Esto y lo otro, y lo de más allá… Bueno, estamos muy gramaticales…, pero la idea es esa. La idea es que la gente participe de todo y no tenemos limitaciones de ningún tipo. No tenemos limitaciones, no tenemos frenos, estamos desenfrenados. Estamos bien.

¿Alguna otra recomendación? No. Por las cosas que hemos conversado, que hemos discutido, que hemos escuchado después, cuando comíamos galletitas y cosas, podría haber una cierta desorientación respecto a la participación de esa gente que venía del Movimiento. Yo creo que ha quedado aclarado este tema.

Respecto de materiales no hay nada que agregar, salvo enfatizar en esos puntitos. Va a ser un buen trabajo enfatizar en esos puntos, y va a ser un refuerzo importante.

El fracaso

Otro tema que quisiera destacar, no es un tema de materiales, no es un tema de comportamientos de gente que vienen de un lado o de otro; es con respecto a la ubicación mental de la gente en sus cosas, en sus cosas y con el Mensaje. Es un punto que siempre ha resultado muy duro y en el que venimos enfatizando durante décadas y siempre provoca el mismo escándalo. Creo que ahora produce más escándalo que antes todavía, porque se ha avanzado en este tipo de sociedad exitista, donde uno busca rédito, y ser aplaudido y ser reconocido. En estas sociedades lo peor que se puede tener, es la sensación de fracaso. Y se puede insultar a cualquiera con cualquier palabra, pero no decirle fracasado. Es la antítesis del sistema, es lo peor que puede pasarle a alguien, fracasar en algo. Es dejar a su vida sin sentido… según dicen. Al final, bueno, todos terminan como sabemos, así que ¡no tanto drama! Pero, sicológicamente hablando, internamente hablando, si alguien no considera en profundidad y con seriedad sus expectativas y los fracasos de sus expectativas, y las cosas que salieron bien o mal pero que no salieron como quería que salieran y demás, si no considera el fracaso de esas expectativas en su vida, no va a poder avanzar. De manera que cuando hablamos de fracaso no estamos hablando de un señor que se da latigazos y dice “ay…” Estamos hablando del reconocimiento profundo y cabal de las cosas que en uno han fracasado y son totalmente ilusorias, no existen. Eso que usted se imagina, no existe; ese éxito que usted cree, no existe. Crea problemas este tema siempre. Siempre lo ha creado, ahora más que antes. Porque las sociedades han avanzado, o mejor dicho han retrocedido, hacia…, en la dirección de los éxitos provisorios, una cosa que le hace mucho mal a la gente, que hace muchos desastres por ser reconocida en esos éxitos. ¡Qué aburridera! La aburridera del éxito, se llama. Y claro, el tema del fracaso es un tema serio. No tiene que ver con los materiales. Tiene que ver con la ubicación en el tema personal, de la propia vida, del significado de la propia vida, de en qué dirección va la vida… Y desde luego se mantendrá en el fracaso si no resuelve el tema de la finitud de su vida. ¿Su vida va a ir más allá a través de sus hijos, a través de su alma, a través de sus obras, a través de la historia? ¿Quedará en la memoria, quedará en las cosas, quedará en un espíritu…? Porque… si no queda, usted es un fracaso total. (risas)

Hay un lío. Es un tema profundo, no son pocas… Es el tema, el tema del fracaso.

Claro, imaginen a alguien que, bueno, que está haciendo sus primeras armas, está trepando en la pirámide. Se mira al espejo, se pone una corbatita, imita a los modelos de la época, trata de ser lo más parecido posible para que, bueno, le den un puesto, en fin, todo eso. Él está haciendo ese esfuerzo. ¿Cómo se va a presentar? ¿Va a sacar una tarjeta y va a decir “señor jefe, soy un fracaso”? ¡Olvídate! No puede hacer eso, ¿no es cierto? Tendrá que reforzar… es un joven de éxito. Antes decían “estudie en Academias Pitman y sea un joven de éxito”. ¿No es cierto? “Estudie administración de empresas y el mundo es suyo”. “Sea un joven exitoso”. ¿Y eso qué es? ¿Qué es eso? Bueno. Y claro, y puede resultar muy complicado eso de considerar el fracaso profundo, situación que no tienen los triunfadores que ni siquiera se sienten triunfadores. Pueden quedar hasta muy bien. Imagínense un Premio Nobel que diga “yo soy un fracaso”. ¡¡Ahhhh!!! “¡Qué humildad! ¡Qué maravilla! ¡Qué bien! Pero, hay que ver qué capacidad para…! Esto da qué pensar. ”El Señor Presidente dice que es un fracaso y hay que ver, con las cosas que él ha logrado…” Esto da qué pensar. En cambio ese otro que está en la oficina y demás no puede decir eso porque se le viene el mundo abajo. Esto da qué pensar.

Nada, no quiero mortificar a nadie. Simplemente quiero conversar sobre este asunto del concepto de fracaso que tienen mucha más profundidad de la que a primera visión del asunto aparece. El impacto de la palabra es serio. El impacto del slogan es serio. La gente no cree tanto ni en el éxito ni en el fracaso. No cree tanto en eso como en la palabra.

En fin, quería hacer esa reflexión porque me parece que a nosotros de algún modo nos corresponde profundizar en esas realidades del alma humana. Quien está conforme con todo, quien es un conformista, quien considera que todas las cosas están bien, ¿qué dinámica puede imprimir a su alma? ¿Qué dinámica? ¿Cómo puede cambiar las cosas? Si todo está bien, todo está conforme, entonces ¿qué lo va a impulsar a cambiar, a cambiar las cosas, a cambiarse él? ¿Qué lo va a impulsar? Si todo está bien, si el señor es un conformista. Está bien, tiene derecho a ser conformista, no lo mataremos por ser conformista, pero ¿qué podrá él modificar? O sea, ¿cómo podrá él crecer si cree en eso?

Nada. Les dejo la idea y ustedes vean, pero creo que se puede avanzar bastante en eso. Lo que ha pasado es que siempre (…)

Significa muy poco. Y si están en otra posición mental, es totalmente insignificante la palabra fracaso. Nosotros somos un fracaso total. ¡Ehhhh! ¡Somos EL fracaso! ¡No les gusta! Y para nosotros es una pieza importante el énfasis puesto ahí. “¡Pero qué insolencia decir que son un fracaso! ¡Es un atentado a las buenas costumbres! ¡Eso no se dice!” Eso sí se dice. Bueno, muy bien, y eso es todo lo que quería conversar. Espero que la hayan pasado muy bien, que se hayan quedado con gusto a poco, eso es muy bueno, (risas), y vamos a ver cómo avanza esto y vamos a ver cómo nos vamos encontrando y empujando nuestro proceso y el proceso de otros.

Quisiera que cerráramos esto con una ceremonia, somos muy ceremoniosos, nosotros, para terminar, una ceremonia de reconocimiento. ¿Quién me acompañará en esto? “Ven para acá, me dijo dulcemente mi madre cierto día, y aún parece que escucho en el ambiente su voz…”

La palabra fracaso queda en el ambiente, peeesa. Es insignificante, pero es un drama… Da qué pensar.

 Buenos Aires, 15/02/04

 

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